Alberto: "Mi padre, hace 35 años, tenía un Jeep. Con un botón tenía música: sonaba La Cucaracha y todo lo que podía poner, lo ponía"
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El programa Herrera en COPE ha abierto sus micrófonos en 'la hora de los Fósforos' para descubrir las modificaciones de coche más peculiares de los oyentes. Presentado por Alberto Herrera, el espacio ha recopilado un abanico de historias que demuestran que el ingenio, y a veces la chapuza, no tienen límites al volante, con ejemplos que van desde un microondas en el maletero hasta un Batmóvil casero.
Uno de los testimonios más llamativos ha sido el de José, quien relató su experiencia en la Cruz Roja transformando un Seat Panda en una ambulancia. Según ha explicado, para transportar a un enfermo, el conductor iba en su sitio, un acompañante detrás de él y el sanitario se acomodaba en el hueco restante junto a la camilla, con "la botilla de oxígeno y el botiquín".
Por su parte, Rubén ha contado cómo él y sus amigos llevaron el botellón a otro nivel. Para solucionar la falta de música, instalaron un home cinema en el coche y acabaron metiendo "un microondas en el maletero" para calentar pizzas a las cinco de la mañana. Este mismo oyente ha recordado a su amigo Pedro, quien ante el suelo podrido de su SEAT 600, optó por "alicatar el suelo del coche con azulejo de baño".
La personalización de los vehículos también ha tenido su espacio, como ha demostrado Inma. Su marido, un "friki de Batman", decidió quitar el emblema original de su coche y sustituirlo por el símbolo metálico del superhéroe, por lo que ahora los niños lo conocen como el 'Batmóvil'.
Alberto, otro oyente, ha recordado a su padre, un auténtico "manitas" que hace 35 años modificó un Jeep para que arrancara sin llave. En su lugar, instaló un sistema que funcionaba "con una combinación de botones", como si se tratara de "desbloquear el móvil". Además, le añadió un botón que hacía sonar la melodía de 'La Cucaracha'.
Más inquietante ha sido la historia de María, de Navarra, quien ha explicado que con frecuencia un coche aparca frente a su casa con "un ataúd encima". Aunque no es un vehículo funerario, la visión le produce tal desasosiego que prefiere "bajar la persiana" de la cocina cuando lo ve.
En el apartado de chapuzas automovilísticas, Felipe ha contado que su vecino solía pintar su coche "cada 3 o 4 meses" usando pintura acrílica y un rodillo. Por otro lado, José Luis ha rememorado su adolescencia, cuando junto a sus amigos fabricó un remolque para un coche pequeño usando "un eje y dos ruedas de un carro de mulas viejo", un proyecto que financiaron rifando varias veces la misma yogurtera.




